miércoles, 1 de enero de 2014

¿CULTO ALEGRE O CULTO TRISTE?

¿CULTO ALEGRE O CULTO TRISTE?
Revdo. José R. Mendoza
La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros, enseñándoos y
amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y
canciones espirituales cantando con gracia a Dios en vuestros corazones.
Colosenses 3:16


INTRODUCCION
“¿Fue un culto alegre o triste?”

Miremos los problemas que encontramos en la adoración cristiana actual. Vivimos en un momento histórico cuando la moda es “sentirlo todo.  1 Corintios 2:14.
¿Cómo percibe las cosas el cristiano espiritual? 1 Corintios 2:15, 16.
 A veces escogemos los himnos que vamos a cantar según el criterio “me gusta” o “no me gusta”, porque queremos un culto alegre. ¿Cuáles son estos criterios bíblicos para analizar un culto? Lo explicaremos en seguida.


        I.            ¿QUÉ ES ADORACIÓN?
La adoración es un encuentro personal con Dios. Isaías 6:1-8.
No todos expresamos las mismas emociones cuando adoramos: David adoró con cantos, con gozo, pero también con lágrimas. Ana, la madre de Samuel, ni hablar pudo, sólo gemía. Por eso debemos cuidarnos de querer exigir que todos los presentes expresen la misma emoción que sentimos nosotros cuando adoramos. El gozo verdadero es fruto del Espíritu y no el resultado logrado por un director de música que puede manipular las emociones. Oremos para que seamos sensibles a la voz del Espíritu a fin de que seamos usados por él.

      II.            PROBLEMAS A EVITAR
Creo que, en parte, el problema es que como seres humanos somos dados a seguir la dirección de las emociones más que la dirección del Espíritu Santo.
Otro problema es nuestra tendencia a empezar con la experiencia y luego buscar en las Escrituras algo que la justifique. Nuestra opinión no puede reemplazar o tener más autoridad que: “Así dice Jehovah”.
Un problema que siempre hemos tenido es el de las doctrinas falsas o ambiguas en la letra de los cantos. En esta época es un problema enorme. No permitimos que cualquier persona predique en nuestras iglesias; pero sí permitimos que cualquiera cante, y casi cualquier canto. Efesios 4:14 dice: que no seamos como “niños… llevados por todo viento de doctrina”. Miremos también <540103>1 Timoteo 1:3 y 10; 4:1, 6 y 16; 6:3; <550403>2 Timoteo 4:3 y <580601>Hebreos 6:1 para mencionar solamente algunas citas bíblicas.
¿A qué se debe esta infiltración? Mayormente se debe a la ignorancia, ignorancia por no haber revisado lo que dicen los cantos, pero también ignorancia de lo que creemos bíblicamente. Otro factor es que en el pasado la mayoría de los autores de la letra de los himnos eran pastores o personas más preparadas bíblicamente que algunos de los que escriben la letra hoy.
En resumen, no toda la música está escrita en la misma manera; cada tipo de música evoca cierta reacción según su elemento predominante. Si el ritmo predomina en una canción o está fuera de equilibrio en relación con los otros elementos, nuestra reacción será más física. Si la armonía domina, resulta en una respuesta emocional o mental. Pero cuando el ritmo y la armonía, sin predominar, apoyan a la melodía la embellecen y posibilitan una experiencia que edifica nuestro espíritu.
Hay muchos coritos e himnos alegres que podemos usar sin correr el riesgo de presentar a un Cristo que la Biblia no presenta.

    III.            CRITERIOS A SEGUIR
¿Qué criterios usamos para seleccionar los himnos y coritos para el culto? Es una pregunta difícil de contestar. Seguramente hay más, pero aquí damos por lo menos cuatro criterios que servirán de guía.

1. QUE SEA UNA MELODÍA QUE INTERPRETE BIEN LA LETRA, apoyada pero no dominada por la armonía y el ritmo. El mismo criterio en cuanto a la relación entre la melodía, armonía y el ritmo se aplica para la música instrumental.

2. QUE SEA UN HIMNO O CANTO QUE CONCUERDA CON EL PROPÓSITO DEL CULTO Y CON EL MENSAJE. Para ser eficaz, el enfoque de todo el culto debe ser el mismo: sin desviarse del tema que el Espíritu Santo ha indicado previamente. Planeamos los cultos con anticipación para realizarlos bien.

3. QUE RINDAMOS CULTO A DIOS ES OTRO CRITERIO.
Miremos <581315>Hebreos 13:15: “Así que, por medio de él, ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza; es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”
Mantengamos alerta nuestro espíritu y mente para el encuentro personal y santo que, es la adoración a Dios. Una ofrenda perfecta es importante para los que colaboran en la música en la iglesia. Aunque todos no tenemos el mismo talento, todos queremos ofrecer lo mejor a Dios, un sacrificio sin mancha. Por eso, es imprescindible ensayar con anticipación, aprender lo mejor posible las técnicas necesarias y no improvisar de cualquier manera. Todos debemos ofrendar un sacrificio de alabanza puro y sin mancha.

4. QUE CUIDEMOS LA LETRA DEL CANTO. Recordemos que, como ministros de Dios, tenemos la tarea de enseñar la sana doctrina.
Tengamos en cuenta la procedencia de los cantos. Por ejemplo, podemos usar con confianza todos los himnos en el Himnario de Gloria y Triunfo, Himnario Bautista o el Himnario de Alabanza Evangélica porque la doctrina de la letra ha sido revisada por eruditos bíblicos.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13

Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
1 Corintios 14:15
La palabra de Cristo habite abundantemente en vosotros, enseñándoos y
amonestándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y
canciones espirituales cantando con gracia a Dios en vuestros corazones.
Colosenses 3:16


Conclusión
“¿Fue un culto alegre o triste?” no es la pregunta correcta. Para obtener la respuesta correcta debemos empezar con la pregunta correcta. Sería mejor preguntar:


“¿Cumplió el culto su propósito?” o “¿Entienden los hermanos qué es adoración y cómo adorar?” ¡Que nuestro enfoque siempre sea glorificar y honrar a nuestro Señor!

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