sábado, 18 de septiembre de 2021

INSTRUMENTOS DE ÁNIMO Y CONSOLACIÓN

REVDO. JOSÉ RAMÓN MENDOZA

 

COLOSENSES 2.2

»Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, »

La semana pasada vimos como nuestro Señor Jesucristo desarrollo un Ministerio exitoso en el cual dedicó mucho tiempo animando a: Enfermos, paralíticos, personas a punto de morir y a otros en medio de una tormenta. Nuestro Salvador le dio mucho valor el poder edificar a sus oyentes con palabras de ánimo. Ahora nos toca analizar el trabajo realizado por el Apostol Pablo en su tarea de consolar y animar a la Iglesia del primer siglo.

1.       ANIMÓ A SUS CAPTORES EN MEDIO DE UNA TEMPESTAD

El Apostol Pablo es evangélico con características muy inusuales no solo hoy es muy único sino también en cualquier tiempo de la historia. Lo llevan encadenado a Roma, el barco entra en una poderosa tormenta llamada *Euroclidón*. EUROCLIDÓN Viento huracanado acompañado de lluvias borrascosas, sopló de repente sobre el barco en que navegaba Pablo rumbo a Roma, alejándolo de las costas cretenses y haciéndolo naufragar frente a la isla de Malta (Hch 27:13ss). El término griego es Euroaquilón que significa la unión de los vientos «Euros» (vientos del sudeste o del este) y «Aquilo» (viento del nordeste), y describe su curso como este-norte-este.

Ante la inminente tragedia Pablo tres veces anima a los soldados que le custodiaban, así como también a los demás tripulantes, unos 297 inconversos desesperados, observe estos versículos de Hechos 27:

22 “Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave”

25 “Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho”

35-36 Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también.

 

2.       ANIMÓ A LAS IGLESIAS DE CORINTO Y TESALÓNICA

A los hermanos de la Iglesia de Corinto les presentó al “Dios que Consuela”, vea 2 Corintios 7.6:

“Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito;…”

Pablo testifica que el consuelo es un activador muy efectivo del ánimo para soportar las tribulaciones, 2 Corintios 7.4:

“…lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.”

Además presenta el trabajo de consolar, animar y fortalecer como un muy importante deber  Cristiano, 1 Tesalonicenses 5.14:

“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.”

 

3.        RESULTADOS DEL ÁNIMO Y DEL DESÁNIMO

El desánimo es un problema emocional muy delicado ya que puede provocar las siguientes situaciones:

 

a.       OLVIDAMOS NUESTROS EXITOS PRESENTES. Números 21.3-4:

“Y Jehová escuchó la voz de Israel, y *entregó al cananeo*, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma. Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y *se desanimó el pueblo* por el camino”

Este ejemplo de cómo Israel paso de una *victoria material* a una *derrota emocional* en cuestión de segundos. No podemos dar cabida al desánimo en nuestros corazones ya que este será un cáncer que destruirá nuestras emociones.

 

b.      PROVOCA CEGUERA Y AMARGURA.

Los discípulos caminaban hacia Emaús y aunque el propio Señor se les acerco, ellos tenían  

“Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y *por qué estáis tristes?*”

A veces la solución está frente a nosotros pero la tristeza y el desánimo nos impiden verla. Más delicado es el caso de las personas que aborrecen la vida y al final su deseo solo es la muerte, observe Job 3.20-22:

“¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida a los de *ánimo amargado*, Que esperan la muerte, y ella no llega, Aunque la buscan más que tesoros; Que se alegran sobremanera, Y *se gozan cuando hallan el sepulcro*?

El desánimo y la amargura son estados parte de las obras de la carne, son parte de esa herencia de nuestra naturaleza caída. Ambos fueron derrotados por la muerte de Cristo en la cruz del Calvario.

 

CONCLUSION:

La escritura nos enseña que la consolación es un CICLO que al encenderse siempre de hace presente para mantener nuestra vida llena de ANIMO, FE Y ESPERANZA. 2 Cor. 1.4:

“…el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”

Finalmente ese CICLO DE CONSOLACION produce tres cosas muy valiosas según Colosenses 2.2:

1.        QUE LA IGLESIA SEA UNIDA EN AMOR.

2.       HEREDAR LAS RIQUEZAS DEL PLENO ENTENDIMIENTO

3.       PODEMOS CONOCER LOS MISTERIOS DEL PADRE Y DE CRISTO

 

CONSOLAR NO ES UNA OPCION es una necesidad para la Iglesia de hoy. Por eso ORO para que tus labios sean un instrumento de DIOS para la CONSOLACION, ALIENTO Y FORTALEZA de su Iglesia. Dios le bendiga. 

 

Atte. José R. Mendoza

 

 

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sábado, 11 de septiembre de 2021

          

NECESITAMOS SER REANIMADOS

REVDO. JOSÉ RAMÓN MENDOZA

Proverbios 18.14

»El ánimo del hombre soportará su enfermedad; Mas ¿quién soportará al ánimo angustiado?».

 

 

INTRODUCCIÓN

La palabra Ánimo es definido según el Diccionario Oxford como: “Fuerza o energía para hacer, resolver o emprender algo.” Etimológicamente viene del griego “darseo” que significa tener confianza, estar alentado, cobrar fuerza. La Biblia enfrenta el desánimo por ser este un posible enemigo de la fe, veamos:

 

 

JESUS MINISTRO ÁNIMO

Especialmente estaba atento a las necesidades emocionales de personas que estaban sufriendo tres tipos de problemas:

 

1.- ENFERMOS Y DESAHUCIADOS POR LOS MÉDICOS.

A.- Animó la fe de UN PARALITICO: Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Mateo 9.2

B.- A la MUJER DEL FLUJO DE SANGRE: Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. Mateo 9.2

Sigamos el ejemplo de Jesús, al visitar un enfermo primero vamos a llenarle el corazón con palabras y acciones de ánimo basadas en el poder de Dios.

 

2.- PERSONAS EN APRIETOS

A.- Los discípulos estaban muy atribulados en medio de una gran tormenta y además espantados porque creían que estaban viendo un fantasma, Jesús les dijo:

“… porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” Marcos 6.50

La depresión, desánimo y tristeza nos puede hacer ver la solución como una complicación y fantasmas donde no los hay. En ese caso tenemos que llenar de ánimo al corazón de los afligidos, que renuncien al miedo y vuelvan a la confianza en el Señor.

 

3.- PRESOS O PERSONAS QUE VAN A MORIR

A.-El Apostol Pablo estaba preso y sabía que el fin de su vida y ministerio estaba en Roma. Estaba cerca de terminar su carrera, por eso Cristo se le aparece y le da este mensaje:

 “… A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma. Hechos 23.11

 

CONCLUSIÓN Y APLICACION  FINAL

 La iglesia TIENE LA RESPOSABILIDAD de ministrar a los de poco ánimo y a los desanimados, recuerde la instrucción que el Apostol Pablo nos deja en 1 Tes. 5.14:

“…También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

Oro al Señor para que nos de la sabiduría necesaria para alentar y sostener a nuestros hermanos desanimados y que libre nuestros corazones del desánimo que nos conduce a una vida cristiana débil. Tenemos la responsabilidad de ministrar ánimo desde nuestros pulpitos en medio de una complicada situación de PANDEMIA.

 Hoy el Señor nos recuerda que no estamos solos, “su vara y su cayado nos infunden aliento”. Salmo 23.4

¡ÁNIMO, ÁNIMO, ÁNIMO! y que Dios les bendiga.  Atte. José R. Mendoza

 

 

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